Resumen de las 4 obras propuestas para la elección de lectura en el Club de lectura Separata árabe durante el mes de abril. Es una selección muy variada que abarca diversidad de géneros y estilos, así como de temas.
Los días pasan rápido. Es sorprendente. Tras la sesión del viernes 12 donde conocimos mejor cuál es la situación de la mujer en el mundo árabe gracias a la colaboración de Carolina Bracco y Mimut Hamido — pronto la podréis disfrutar en formato podcast—, llega el fin de semana de votaciones para elegir la obra que nos acompañará en el mes de abril.
Porque son mucho más que tres libros cortos que con cierto maniqueísmo comparan al honesto comisario Llob con el entramado de fanáticos y corruptos que pululan por la capital argelina.
Silvia R. Taberné
El escrito sirio-alemán Suheil Fadel, más conocido como Rafik Schami, comentaba en su libro Sofía y el origen de todas las historiasque la novela negra no era tema recurrente en la literatura árabe, quizás porque para ‘negra’ la historia de golpes de Estado y dictaduras de muchos de estos países que no dejan espacio para más casos truculentos inventados.
Listado de obras de literatura argelina que puedes leer en español.
El domingo creo que fue, vi que Nadia (@tamacahut) estaba creando una lista de autores marroquíes traducidos al inglés tras haber hecho otra de escritores argelinos. Así que, le dije que iba a animarme a hacer una de autores argelinos traducidos al español para saber cuánta literatura argelina podemos leer en la lengua de la eñe. Al fin y al cabo, aquí estamos para animar a quien pase por aquí a adentrarse en el mundo de la literatura árabe.
Por supuesto, también estamos para darnos cuenta de lo mucho que nos falta por leer y descubrir.
Este escrito lleva en borradores desde que comenzaron las protestas en Argelia. Decidí recoger la información que iba leyendo porque, no sé muy bien por qué, a los medios convencionales no les interesa lo más mínimo lo que ocurre en este país vecino. Esto me parece sorprendente, no porque estén a 500 km de distancia, si no porque nuestro país depende energéticamente de Argelia (1).
Si el gas que consumimos en nuestro territorio llega desde allí, ¿cómo es posible que no nos interesen los cambios que se producen allí? Es lo mismo que ocurre con Marruecos (2), muy poco nos interesamos por el reino Alauí a pesar de ser uno de los países que nos ayuda con el control de fronteras y con el que tenemos una intensa relación comercial.
Protestas en Argelia
Estos días Argelia es un hervidero. Las calles se han llenado de protestas a raíz de la convocatoria de nuevas elecciones a las que se presenta por quinta vez Abdel Aziz Boutefliqa. La cuestión es que cuando se convocaron las elecciones, este candidato estaba hospitalizado en Suiza debido a su frágil estado de salud. Por tanto, no es de extrañar que la gente se lanzase a las calles para protestar porque: ¿cómo podía presentarse a las elecciones un candidato que ni siquiera puede hacer campaña?
Estoy leyendo sobre lo que ocurre en Argelia a través de Maghreb Voices (árabe/inglés/tamazig), editado desde EEUU. He encontrado este medio recientemente vía Youtube y considero que es una referencia interesante para conocer el Magreb (Mauritania, Marruecos, Argelia, Túnez y Libia). A través de este medio también he conocido la existencia de una canción creada por una serie de artistas argelinos con motivo de este levantamiento:
Otro medio a través del que me informo sobre la situación en Argelia es la cuenta que tiene en Twitter la Deutsche Welle alemana en árabe. (Por cierto, en esta cadena se emite un programa Shabab Talk, del que hablaré en otro post porque desde mi punto de vista sirve para acercarse a la forma de pensar de la gente joven en el Mundo Árabe).
Una novela negra para conocer el entramado del poder en Argelia
Como venimos diciendo, parece que los argelinos han decido echarse a las calles cansados de esperar que cambie la situación, como dice Yasmina Khadra en La revolución argelina contra los depredadores han decido tomar las riendas para lograr ese soplo de aire fresco que estaban esperando y que todavía no ha llegado.
Estas protestas, me han traído a la cabeza la novela A qué esperan los monos… de Yasmina Khadra. En ella el autor nos habla sobre cómo los poderosos en Argelia se sienten con la impunidad de cometer los crímenes más atroces porque saben que no pagarán las consecuencias.
Alianza Editorial
Por supuesto, para que quien detenta el poder pueda perpetuarse cuenta con la ayuda y el beneplácito de medios de comunicación, cuerpos de seguridad y el silencio de la mayoría. Todos ellos quedan retratados en esta estupenda novela que denuncia la situación argelina. Ahí va una pequeña muestra de las muchas perlas que se pueden encontrar en las novelas.
«En la comisaria de policía:
¿Cuál es el problema señor?
Acabo de denunciar al Estado.
Ambos policías de miran, perplejos, antes de soltar una carcajada.
No soy un humorista – dice el ciudadano.
Ni esto un café-teatro – dice uno de ellos- (…)
Soy víctima de un sistema corrupto, por lo que denuncio al Estado aquí mismo, en la Comisaría de Argel
Yasmina Khadra
Por esa razón y teniendo en cuenta las circunstancias actuales de Argelia, quizá sea una lectura útil para comprender cómo funcionan las altas esferas políticas y sus métodos para mantenerse en el poder contra viento y marea. Si alguien que pase por aquí, la ha leído y le apetece comentarla. ¡Bienvenida sea!
Nota mental:
Me he dado cuenta de que tengo un campo literario que explorar: el argelino. Así que me guardo las sugerencias que hacen los siguientes enlaces:
Khalil es el título y el nombre del protagonista de la última novela de Yasmina Khadra, un escritor argelino de novela negra muy prolífico que tiene la habilidad de tocarte la fibra con sus historias. Los temas que plantea en ellas y la forma en la que lo hace se quedan flotando en tu cabeza.
Confieso que me encanta la novela negra, me parece un género que describe muy bien la condición humana. A partir de un crimen se despliega toda una galería de personajes cuyas conductas y pensamientos sirven para describir la sociedad en la que vivimos. En Occidente, la novela negra goza de muy buena salud. De hecho, hay muchos detectives famosos a los que puedes seguir en sus andanzas.
Sin embargo, en el mundo árabe este género es relativamente nuevo o no se cultiva tanto. ¿Los motivos? Quizá, sean los que apunta Rafik Schami, escritor sirio exiliado en Alemania, en su novela «Sofía o el origen de todas las historias «:
» Creo que ningún árabe puede imaginarse que un comisario , por honrado, inteligente y responsable que sea, pueda plantear las preguntas necesarias para aclarar un asesinato».
» — Porque la investigación de un asesinato, tanto en la vida real como en una novela, exige cierta libertad que no existe en ningún país árabe. (…) La resolución del caso está vinculada a la libertad de cuestionar.
En Sofía o el origen de todas las historias, pp 247-248
Pero volvamos a Khalil. En este caso nos encontramos con la historia de Khalil; un reto porque Yasmina Khadra te mete en la piel de un terrorista, de alguien que decide quitarse la vida en nombre de Dios y, de paso, llevarse por delante a cuantas más almas mejor. ¿Por qué? ¿Cuál es el detonante para llegar a tomar esta decisión? ¿Es qué no tiene sentimientos? ¿Tan grande es el odio?¿De dónde sale tanto rencor? Estas, entre otras muchas, son las preguntas a las que el autor intenta dar respuesta.
«Los países no se construyen a base de identidades, sino de ciudadanía».
Khalil de Yasmina Khadra
(Sobre el tema de la construcción de la identidad ando pensando mucho en los últimos tiempos. ¿Quién sería de haber nacido en otra ciudad, en el seno de otra familia,…? El lugar en el que naces y creces; no es lo mismo haber nacido en un pueblo que en una ciudad. La concepción espacial y la forma de relacionarte con el entorno no es la misma. Tus padres y las creencias que te inculcan; si vives en un entorno acomodado o no, etc. Son muchos los factores que influyen en la creación de nuestra identidad).
Khalil y el resto de personajes que conforman la historia van planteando los retos a los que hace frente nuestra sociedad con respecto a la integración de los extranjeros. Nos habla sobre las identidades , las etiquetas, la exclusión, el desencanto, la decepción, la desesperación, el fracaso personal, etc. Es una historia plagada de reflexiones inteligentes y muy acertadas, desde mi punto de vista, sobre cómo nos vemos y vemos a los otros.
La galería de personajes y situaciones que dan pie a plasmar ese mosaico de opiniones y pareceres sobre la inmigración, el Islam en Occidente y fuera de él, los sentimientos de la gente de a pie, los terroristas y sus superiores, los conversos, etc., que encontramos todos los días en las calles. Cada encuentro y cada conversación ofrecen una oportunidad para reflexionar sobre todos estos temas.
Son muchas preguntas las que van surgiendo: ¿Cuál es la situación de los inmigrantes? ¿Han conseguido integrarse? ¿Qué implica la integración? ¿Cómo actúa la sociedad de acogida? ¿A qué dificultades hacen frente aquellos que llamamos injustamente inmigrantes de segunda generación? ¿Se puede ser inmigrante de segunda generación? ¿Por qué, a pesar de ser belga, eres sospechoso porque tus padres no lo son? ¿Cómo se forjan algunas identidades? Son muchas las preguntas que afloran a medida que avanza la lectura.
Por todo ello, creo que Khalil es una lectura imprescindible o muy recomendable para quien esté interesado en saber por qué, qué soluciones puede haber,… Yasmina Khadra nos deja pistas muy buenas para repensar nuestra sociedad. Esa que ha dejado de ser homogénea para convertirse en un bonito mosaico compuesto por pareceres diversos, religiones diferentes y formas de vida distintas. Esa diversidad nos reta para que revisemos nuestros prejuicios, nos conozcamos unos y otros, y logremos alcanzar consensos para convivir en armonía resolviendo los conflictos de la mejor forma para todos.
Mi nombre es Thais Pintor y soy salmantina, el primer paso fue Túnez, ahora vuelo un poco más lejos. Siguiente destino: Egipto. Estudiar árabe en España fue "fácil", enfrentarme a la inmersión lingüística, no tanto.