Traducción de un artículo de Arablit escrito por Elisabet Risberg donde da diez consejos para todos aquellos bibliotecarios que deseen incluir literatura árabe escrita árabe, puede ser útil si quieres introducir traducciones porque todavía no cuentas con ellas.
Todos los jueves de este mes de septiembre, Arablit dedicará un post a hablar sobre literatura árabe infantil y juvenil tanto para arabolectores como para quien quiera lea traducciones.
Uno de los principales problemas que tenía hace 20 años cuando empecé a estudiar la carrera era el acceso a la literatura árabe en árabe. Era complicado, al menos que yo recuerde, encontrar libros escritos en este lengua en las librerías o en la biblioteca de la facultad.
Como profesora de lengua y estudiante de idiomas, sé que la mejor manera de desarrollar las diferentes habilidades lingüísticas es practicarlas. Si no lo haces, se atrofiarán y no llegarás al nivel que deseas o, una vez alcanzado, se irá perdiendo. También veo por experiencia propia y en la de mis alumnos, que todas estas capacidades no se desarrollan por igual. Por tanto, si deseas lograr una buena comprensión escrita, lo mejor que puedes hacer es leer, leer y leer todo cuanto puedas en la lengua que estudias. Y, después, escribir, escribir y escribir. Eso reforzará tus conocimientos gramaticales y ampliará tu vocabulario; eso sí, no bastará leer simplemente. Necesitarás aplicar la técnica de la ficha, por ejemplo.
Cuando empiezas a leer en una segunda lengua como el árabe, es mejor hacerlo poco a poco y, quizá, lo más sencillo será comenzar por los cuentos para niños o la literatura infantil. No porque el vocabulario o las estructuras gramaticales sean más sencillas, que no lo son; sino porque suelen ser historias cortas, por lo general, ilustradas que te ayudan a seguir el hilo y no perderte.
Recuerdo que uno de los consejos de los profesores de la facultad era que leyésemos todo aquello caía nuestras manos: etiquetas de las conservas, tickets de museos, facturas de compra, carteles, publicidad, etc. Es un buen consejo.
Por este motivo, cuando viajo a Marruecos procuro buscar en las librerías materiales en árabe para niños. Son una buena forma para iniciarse en la lectura. (Aquí tendría que hablar sobre cómo desarrollar la velocidad de la lectura. Mira, me acabo de acordad de los ejercicios cronometrados del colegio. Me lo apunto para otro post).
Que no se puede ir a Marruecos o a cualquier otro país árabe, pues siempre nos queda Abjjad, un portal de literatura árabe online. La verdad es que tienen un gran fondo de obras en formato digital al que puedes acceder pagando una cuota mensual. Esta te da derecho a descargar los libros para leer. Después puedes puntuarlos, hacer listas de deseos, leer las opiniones de otros usuarios o reseñarlos tú misma. Además, a través del boletín te mantienen al tanto de todas las novedades que van incorporando. Por cierto, leer estos correos con las noticias que te envían es otra forma de practicar la lectura.
En definitiva, es estupendo contar con esta librería en línea para poder leer en árabe si te apetece.
Si pasas por aquí y tienes alguna sugerencia o apunte que hacer, bienvenida sea.
Mi nombre es Thais Pintor y soy salmantina, el primer paso fue Túnez, ahora vuelo un poco más lejos. Siguiente destino: Egipto. Estudiar árabe en España fue "fácil", enfrentarme a la inmersión lingüística, no tanto.