No sé si habrás tenido un 2021 extraño como me ha ocurrido a mí. Este 2021, ha sido un año donde la sensación de verme sobrepasada por los acontecimientos ha sido constante. De hecho, creo que esta situación emocional se ha visto reflejada tanto en el tipo como en el ritmo de publicaciones de esta casa. Cuanto más intentaba mantener este espacio vivo, más falta de aire sentía yo.
No sé si te apetece saber lo ocurrido en esta casa, pero voy a contártelo porque diciembre es un mes de balance. Me ha costado comprender que los resúmenes anuales sirven para cerrar un ciclo y planear el siguiente. Si quieres acompañarme en este repaso, sigue leyendo; si prefieres saltártelo, espera a la siguiente entrega porque esa, sí, vendrá con un listado de las obras que he leído durante este año.
¿Te vienes o nos vemos en la siguiente entrega? Tú decides. (Se nota que crecí con los libros de aventuras — risas—). Aquí debería haber unos dados.
Nacimiento, desarrollo y muerte del Club de lectura Separata Árabe
Es curioso cómo el éxito puede llevarte a la frustración más absoluta. Tenía la certeza de que la gente quiere leer buena literatura — dado que la literatura árabe lo es—, el club de lectura tenía que funcionar. De hecho, así fue. Sin embargo, me era imposible seguir el ritmo impuesto y terminé por descolgarme de mi propia propuesta. Esa que creció tanto y de forma tan desmesurada que se me escapó de las manos como le ocurre a un niño feliz porque su madre le ha comprado uno en la feria y, de repente, en un despiste, se le escapa de los dedos. Momento en el que llega la desesperación y la pataleta. Así fue. Sirva o no, me disculpo por haberme descolgado y agradezco infinitamente a todo aquel que lo hizo posible.
En caso de que vuelva, lo hará —sin duda alguna— en un formato modesto y reducido. Algo que se manejable para mí. Mis medios, por suerte o por desgracia, no son muchos. Son, tan solo, los medios y el tiempo del que dispone alguien que tiene esta actividad como afición o distracción.
Esta casa se sublevó contra mí
Este espacio se rebeló contra mí porque — de repente— y, sin darme cuenta, el club engulló este blog nacido con una vocación muy distinta. Mea culpa, sí. Quise convertir este blog en la prolongación del club y olvidé que se trataba de lo contrario. Me equivoqué. Me enfadé conmigo misma. Me perdí en mi enfado. Quise continuar a pesar de no saber qué estaba haciendo y, finalmente, abandoné por agotamiento. Era imposible continuar por aquel camino. El club ocupaba tanto espacio que era imposible crear tiempo para leer pausadamente y aprender de ello.
Llegaron las colaboraciones con Banipal
Meses después de haber enviado la traducción de un relato breve del autor marroquí Mohammed Saíd Hjiouij (le debo su publicación en este espacio) a la Revista Banipal, me propusieron colaborar con ellos. Estas colaboraciones son un regalo para mí. Así mismo, son una oportunidad magnífica para seguir aprendiendo tanto árabe como español. Es curioso los distintos ángulos desde los que ya me he acercado al castellano. Primero, la hablé. Luego aprendí a mirarla con los ojos de un médico forense. Ahí estaba yo diseccionándola y analizándola. Después, desaprendí la profesión de forense de la lengua para aprender la de docente de español como lengua extranjera. Finalmente, la uso — lo mejor que puedo y sé en este momento— como traductora literaria. Por cierto, ni qué decir tiene, la ventaja que supone para aprender árabe leyendo y fijándome bien en los giros, colocaciones, distintas formas de expresar ideas en esta lengua, etc.
Se fueron las traducciones de Arablit
La idea de traducir los artículos de M. Lynx Qualey para dar a conocer la literatura árabe en español fue el germen de este blog. A menudo, creo que es una ambición fatua o vana; una especie de delirio de grandeza. En cualquier caso, recuerdo muy bien la mañana en la que M. Lynx Qualey me dio permiso para traducir su blog al español. Estaba sentada en un autobús que salía de Rabat dirección Alicante. Me entusiasmé mucho con aquel camino que iba a iniciar. Una que se entusiasma muy fácilmente —ja,ja,ja—.
Esa fue la semilla que hizo germinar este espacio que, a trancas y barrancas, llegará a ser, en algún momento, lo que tengo en mente. Con el tiempo, aunque me sigue pareciendo interesante publicar estas traducciones, me di cuenta de mi imposibilidad para seguir el ritmo diario. Ella cuenta con un equipo de trabajo y yo lo hago por mi cuenta y riesgo. Aún así, no tiro la toalla. Continúo con esta idea que intento llevar al mejor puerto posible.
Me comprometí con el boletín mensual de esta casa
Todos los viernes de final de mes, te escribo una carta donde hago un resumen de mis descubrimientos durante ese periodo de tiempo. La idea es que tenga cabida todo aquello que dejo fuera de este espacio porque no tiene que ver directamente con novelas o ficción. Por eso, lo más probable es que encuentres algo que llevarte a los oídos, un poema de esos que colecciono, un resumen del mes y, quizá, algo de arte. Intento ser fiel a una especie de secciones invisibles que hilan esa carta mensual. Si quieres suscribirte, puedes hacerlo aquí.
Llegó la guía de lectura 2021
Así, tras abandonar las traducciones al español de Arablit y, después de verme arrollada por el éxito del Club de lectura Separata Árabe que me llevó a abandonar tanto el blog como Twitter, me rehice con la guía de lectura 2021. Esa ha sido mi tabla de salvación. Esa guía es la que me está permitiendo volver poco a poco a este espacio que se sublevó contra mí, quien lo había creado.
Y… En 2022, ¿qué?
Así fue el 2021 para este espacio. ¿Qué espera en 2022? Pues, más lectura, pero tranquila. Lo que sí sé seguro es que de enero a junio de 2022, sigo con mi guía de lectura. Me aferro a ella; aunque, como puedes ver, a veces, me agarro a otras lecturas para complementar esta panorámica que voy construyendo a base de recortes literarios.
¿Qué pasará a partir de ahí? Probablemente, el verano lo dedique a coger aire o a contarte mis lecturas veraniegas. También confeccionaré la siguiente guía de lectura; esa que servirá de mapa y brújula para el 2022/23.
De cualquier modo, sea como sea, también hay espacio para alterar los planes si así fuera necesario. Ya se sabe que una propone y Dios dispone.
Y tú, ¿has hecho balance de este 2021 del que ya nos queda poquito? ¿Tienes un listado de libros estrella de este año? ¿Tienes algún plan para 2022? Si quieres compartirlo, te leo.