Mahfuz y Taïa
Parece que este año se ha vuelto a poner de «moda» Naguib Mahfuz porque se han publicado, al menos, dos de sus obras: Un señor muy respetable (Trad. María Luisa Prieto) en Gallo Nero y, más recientemente, Los susurros de las estrellas (Trad. Iñaki Gutiérrez de Terán) en Alianza Editorial.

Naguib Mahfuz representa para mí —y supongo que para muchos arabistas de mi época y no sé si posteriores— el primer contacto con la(s) literatura(s) árabe(s). Quizá, fue porque le otorgaron el premio Nobel en 1981 y contábamos en 1998 con mucha de su obra traducida. O, tal vez, se eligió a este autor porque es egipcio y, por tanto, originario de un país que quiso ser la cabeza del mundo árabe. Eso hacía, digo yo, que la mayoría de ojos de fijaran en este país. Sea como sea, la primera novela árabe que leí fue El callejón de los milagros de Mahfuz; después llegó Principio y fin. Tanto de una como de otra, hay sendas versiones cinematográficas mexicanas, por si te apetece verlas.
No recuerdo que en clase de literatura árabe contemporánea nos hablasen de la vida de Naguib Mahfuz o haberlo estudiado como solía hacerse en mi referente más cercano hasta aquel momento: la literatura española o castellana —que no hispanoamericana—. Aquellas clases eran un repaso rápido por toda la literatura árabe moderna de mano de Pedro Martínez Montávez. Ahorma mismo, esta tarea planteada así me parece complicada; más si tenemos en cuenta que más bien debería plantearse, por muchas razones, en plural: literaturas árabes.
Retomo el tema mahfuzí después de la batallita sobre las clases de literatura árabe en la facultad. Como aquella experiencia lectora mahfuzí me gustó y, además, soy una lectora con tendencia a leer todo lo que encuentro de un mismo autor, con los años he ido comprando todo lo que he encontrado escrito por él. Así que, poco a poco llegaron a casa Miramar —cuya versión cinematográfica egipcia puedes encontrar en Youtube si tienes curiosidad—, Amor bajo la lluvia, El mendigo y El ladrón y los perros. Creo que ahí lo dejé durante un tiempo; aunque podría haber seguido con toda su producción literaria sobre el Egipto faraónico o con otras obras como Hijos de nuestro barrio o La azucarera, que tengo en la lista.

Todas estas obras tienen en común que son obras entretenidas. De hecho, puedes pasar pasar un buen rato y entretenerte bastante al mismo tiempo que te paseas imaginariamente por las calles de El Cairo de aquella época.
Después de una larga pausa sin leer a Mahfuz, me topé en una tienda de segunda mano con: Cuentos ciertos e inciertos, una colección de cuentos variada donde habla sobre el cine egipcio de los cincuenta, hombres que ven espíritus, detectives o soldados que fueron enviados a la guerra del Yemen. Merece la pena echarle un ojillo o los dos. En abril, supe que Gallo Nero había publicado Un señor muy respetable, la historia de un funcionario egipcio con un único objetivo u obsesión —según se mire—: mejorar en la escala de mando dentro de un ministerio.
Hace nada, quizá un par de días o algo más, he visto que editorial Alianza ha publicado Los susurros de las estrellas; una novela póstuma. Es uno de esos manuscritos que encontraron tras su muerte con una nota que aclaraba el año en que quería publicarla. Estos susurros son un opúsculo de cuentos que vendrán pronto a esta biblioteca mía porque, si hay algo que me fascina, son los cuentos. Y Mahfuz me gusta como cuentista también.
Por cierto, antes de pasar a la siguiente novedad literaria que apuntar este mes. Ni qué decir tiene que Mahfuz está considerado como uno de los cien mejores escritores de lengua árabe del siglo XX. Si quieres saber quiénes son los demás que lo acompañan en esta lista, puedes consultarla aquí.
Otro autor del que se está traduciendo y publicando toda su obra al español es el escritor marroquí Abdelá Taïa. En Cabaret Voltaire, desde luego, están empeñados en hacernos llegar sus publicaciones. Ahora nos trae después de Mi Marruecos (por si no lo recuerdas o no lo sabes, esta obra está en mi plan lector de este año), Infieles, El que es digno de ser amado y La vida lenta, Un país para morir.
Y hasta aquí esta especie de artículo donde resumo y recuento los títulos mahfuzíes que tengo en mi biblioteca; así como declaro aquellas incorporaciones que me gustaría hacerlo. Ahora que caigo, curioso que haya empezado en el mashreq y hay terminado en el magreb. ¿Por qué es curioso? Porque, de alguna manera, me parece estar reproduciendo ese tópico académico que viví. Ese tópico en que parecía más árabe aquello que proviene de oriente medio y menos aquello que viene del Magreb. De hecho, creo que tardé años en leer mi primera novela marroquí.
¿Tú tienes alguna de estas obras entre tus lecturas? ¿Hay alguna que hayas leído tú y que yo no haya leído? ¿Me hablarías de ella?
Un comentario en “Los susurros de las estrellas, Un señor muy respetable y Un país para morir”