Aún, a día de hoy, siento que no domino como me gustaría la escritura a mano en árabe y es algo que me frustra mucho. La verdad, me encantaría poder escribir a mano en árabe como lo hago en castellano, es decir, sin que se entienda nada porque tengo caligrafía de médico a estas alturas (risas). Además, me he dado cuenta de que monto unas letras encima de las otras, ¿será por influencia del árabe? Así que, imagina qué desastre ( más risas).
Si tuviera que empezar de nuevo a aprender a escribir árabe, haría muchos ejercicios de dibujo para soltar la mano. Sí, sí, estás leyendo bien. Ejercicios de dibujo para soltar la mano porque facilitan tener un mejor control del trazo. A lo mejor, parece una nimiedad pero el solo hecho de cambiar la escritura de sentido supone una gran rotura de esquemas para la mente. Si quieres hacer la prueba, te propongo que cojas una hoja y comiences a garabatear lo siguiente en sentido contrario al que escribimos en castellano:

Como puedes ver, no son ejercicios complicados si los haces en el sentido habitual. La rotura de esquemas viene cuando quieres hacerlo en dirección contraria. Anímate a probar. Primero, hazlos en el sentido de la escritura que habitualmente seguimos y observa cómo la mano va con mucha naturalidad e incluso con rapidez. Seguramente, no encontrarás trabas para hacerlo a la velocidad que quieras. Ahora, a continuación, cambia el sentido del dibujo y presta atención a lo que ocurre. ¿No se te frena la mano? ¿No notas que te falta control? ¿Te das cuenta de que la mano tiene tendencia a hacer el movimiento contrario y te cuesta dominarla?
Y es que el cuerpo tiene memoria y nuestro cerebro intenta seguir los caminos ya conocidos. Por esta razón, te ves como los niños cuando aprenden a hacer los trazos que forman las letras de nuestro alfabeto. Ellos necesitan desarrollar la motricidad necesaria para poder trazar la letra y tú, adulto, por modificar esta habilidad que llevas practicando desde años.
Ese es el momento en el que te das cuenta de que sería genial haber hecho estos ejercicios y más; de haber conocido el concepto de grafomotricidad porque te hubiera ayudado mucho. Y, por supuesto, que hubiera sido genial hacer algún dictado que otro. Y, sí, he escrito dictado que, puede que en nuestra lengua materna lo veamos como una actividad inútil (prejuicio con el que llegué a la enseñanza de E/LE), pero que para el aprendizaje de una lengua extranjera puede ser una actividad de gran provecho.
Al hilo del dictado, estos días he pensado mucho sobre lo estupendo que hubiera sido haber tenido durante la carrera algún taller sobre fonética y fonología del árabe. Las transcripciones están muy bien, pero no son prácticas para desarrollar la conciencia fonológica del árabe. Ya hablaré sobre este tema más adelante.
Si has aprendido árabe, ¿te has sentido de forma similar cuando aprendiste el alifato? ¿Tu punto de partida fue otro?
He empezado a estudiar arabe de manera autodidacta y viendo un profesor q da clases en Youtube.A mi lo q me frustra,a parte de q escribo lento y fatal,esq confundo las letras aun y me hago un lío,pero me encanta,tiene una magia,una belleza,un encanto…q algun dia lo conseguiré,xq me ha atrapado.ando buscando cuentos para niños,para ir leyendo poco a poco… espero conseguirlo algun dia.Me gusta tu blog,seguire leyendo otras entradas,un saludo
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Gracias, Carmen. Impresionada me tienes con eso de ponerte a estudiar árabe de forma autodidacta. Mucha suerte.
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